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Ante la amenaza que sufre hoy en día el agua, es necesario buscar la ecoeficiencia, así como la correcta gobernanza para cuidarla y regenerarla, indicó Manuel Saurí, CEO del Proyecto Agua Segura de Argentina, durante la charla "Proyecto Agua Segura, una empresa de triple impacto que trabaja por el Agua”, organizada por la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM).

De acuerdo con Sylbeth García, directora general de Coordinación con Organismos Operadores del CAEM, el último informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos del Mundo registra que existen 2,200 millones de personas privadas de acceso al agua potable, así como 4,200 millones que carecen de un sistema de saneamiento seguro.

Como comentó el experto, los tres principales usos de este líquido son el agropecuario, el de abastecimiento urbano y el industrial, por lo que ante el acelerado crecimiento de la población y de diversos sectores, sumado al cambio climático y al estrés hídrico, actualmente se ve en una amenaza extrema.

Por lo anterior, existe una enorme necesidad de generar cambios positivos con programas que consideren aspectos sociales, económicos y ambientales, los cuales deben ir desde el uso en casa hasta en empresas, e incluso el gobierno debe intervenir para la regulación.

Ejemplo de estos programas es Agua Segura, en donde se desarrollan dos vertientes para cuidar este líquido:

Proyectos Wash. Con tecnología y talleres de acceso al agua, higiene y saneamiento.

Soluciones medioambientales. Con ejecución de proyectos volumétricos y regeneraciones de agua.

Agotamiento de fuentes de agua

Manuel Saurí comentó que existen seis maneras en las que se pierde este líquido y que son sumamente comunes:

1. Extrayendo de los acuíferos, usando tecnología sofisticada para bombear agua subterránea mucho más rápido de lo que la naturaleza la puede reponer.

2. Exportando “agua virtual”, comercializando grandes cantidades de agua de las cuencas hidrográficas “incorporada” en los productos alimenticios y otros exportados.

3. Desviando por tuberías, trasladando el agua desde los lugares en donde la puso la naturaleza y donde es necesaria para la salud de los ecosistemas, llevándola hasta donde la queremos para cultivar alimentos en los desiertos o abastecer de agua a enormes zonas urbanas.

4. Deforestando, y así degradando los bosques con la consiguiente reducción en la cantidad de lluvia que cae sobre la naturaleza.

5. Generando islas de calor urbanas que destruyen los paisajes que retienen agua y crean enormes desiertos.

6. Generando el cambio climático, que está causando una mayor evaporación de las aguas superficiales y está derritiendo los glaciares.

Agua Segura en México

De acuerdo con el Programa Hídrico Integral del Estado de México, en la zona el abasto de agua potable presenta cuatro grandes desafíos: incremento de la población y expansión de la superficie urbanizada, problemas operativos para tratar el agua, equipos e infraestructura obsoleta, así como pérdidas de agua ocasionadas por fugas.

Pese a que la iniciativa Agua Segura nació en Argentina hace siete años, y hasta el momento ha logrado establecer soluciones en países como Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay; México se encuentra aún como uno de los siguientes países objetivos.

Su llegada a nuestro país significaría la búsqueda de alianzas entre sector público, ONG’s y empresas, con el fin de implementar soluciones como medición del agua, captación de agua pluvial, creación de cuencas y más para regenerar el líquido vital.

El proyecto se ha establecido principalmente en Latinoamérica debido a que esta región cuenta con el 33% de los recursos hídricos renovables del mundo, sin embargo, 50 millones de personas no tienen acceso a agua segura y 125 millones a saneamiento seguro.